La adopción de la llamada «tercera plataforma», que dio nombre al fenómeno que está permitiendo mejorar el rendimiento y el alcance para que las empresas interactúen y obtengan información relevante directamente de sus clientes y proveedores como también de otras empresas incluso de la competencia, todo gracias a la unión y manejo adecuado de algunas de estas plataformas y servicios:
- Las redes sociales en el negocio (Social Business)
- Los dispositivos móviles
- El análisis masivo de datos (Big Data)
- Inteligencia de negocios (Business Intelligence)
- Y los servicios en la nube (Cloud Services)
La transformación digital ha forzado a las organizaciones a adoptar nuevos modelos de relación con sus clientes. No se trata solamente de llevarlas a un mundo digital, sino de crear un cambio sustancial en la manera en que interactúan y satisfacen a sus clientes, hacerles sentir y vivir una experiencia única.
Se convierte entonces en nuevos canales de comunicación con los clientes, la universalidad del acceso a las cuentas, los servicios móviles, el conocimiento y entendimiento de los clientes: qué, cómo consumen y dónde; todo esto con la finalidad de ofrecer servicios más personalizados. No se trata solo de las nuevas generaciones porque también existen personas mayores totalmente digitales que no planean visitar la oficina, la tienda, supermercado, agencia de viajes, incluso el banco; distribuyen su tiempo de manera distinta, al igual que el dinero y sus inversiones, en cualquier momento y desde cualquier dispositivo.
A través de estos últimos dos o tres años las empresas han evidenciado que todo esto les genera una mayor dependencia de su infraestructura tecnológica, han invertido en centros de datos para mejorar la gestión de los riesgos operacionales, han invertido en grandes infraestructuras para moldearse a la transformación digital y habilitar la tercera plataforma.
Ahora deben pensar en la seguridad y la gestión de dichos riesgos para alcanzar una nueva dimensión al incorporar los servicios informáticos manejados y distribuidos, las redes sociales y los dispositivos móviles.
Las grandes empresas llevan años consolidando y modernizando su infraestructura tecnológica en torno a grandes centros de datos. Han inaugurado en los últimos dos años grandes centros como parte de su estrategia de transformación digital. Estas empresas lideran el cambio de paradigma en América Latina y son modelos a seguir para el resto.
Durante años, la arquitectura típica de la infraestructura común de una empresa se basaba en un centro de datos principal, en uno alterno que funcionaba en línea (ambos sincronizados) y en un tercer sitio de recuperación de desastres (o DRS offline). Hoy en día se habla de «federación de varios centros de datos», «bases de datos distribuidas» y «orquestación de servicios» sustentada en Infraestructuras como un Servicio (IaaS, por sus siglas en inglés) que permiten la provisión de capacidad y recursos de una forma ágil, inmediata y sin límites.
No obstante, las empresas más pequeñas se enfrentan a importantes retos que tienen que ver con su tamaño y escalabilidad, la cobertura geográfica, la hegemonía de datos y la necesidad de servir tanto a clientes tradicionales como a las nuevas generaciones. Una estrategia digital adecuada puede hacer que una empresa pequeña adquiera ventajas competitivas en el mercado en el cual opera. Sin embargo, son muchas las instituciones que han caído en el llamado «retraso digital» y han perdido así cuotas de mercado, especialmente entre los más jóvenes.
Quizá el reto más complejo esté en decidir si seguir invirtiendo en centros de datos e infraestructura propia, o bien tercerizar proveedores de alojamiento y colocación. La solución a este dilema requiere de un profundo análisis de las necesidades presentes y futuras de la empresa, de la oferta de alojamiento y colocación disponible en dicho mercado, de las regulaciones en torno a la seguridad de los datos, así como de cuestiones que tienen que ver con niveles de servicio, costos de oportunidad, tiempo de comercialización y, obviamente, aspectos económicos.
En definitiva, las empresas empiezan a ver los centros de datos como pilares de transformación para nuevas estrategias digitales que buscan pasar de modelos centrados en el producto y el servicio, a modelos centrados en el cliente.
Softline S.A, es líder en la transformación digital, son muchas las empresas que le han confiado su estrategia de modernización y readecuación de sus centros de datos para favorecer los nuevos procesos de la era digital.
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